Pero es que quién es el imbécil que se puede creer lo del crecimiento continuo en materia económica. Crecimiento continuado y además autocontrolado, es decir, que la propia deriva macroeconómica sabe por dónde y hacia dónde se avanza y se autorregula, se autogestiona sin posibilidad de error. Pues mira, llegan los de Lehman Brothers robando y estafando y una decisión política, la del gobierno de los EEUU de no volver a avalar a semejantes golfos y sinvegüenzas echa por tierra toda esa ensoñación libremercadista.
http://elpais.com/diario/2009/09/13/negocio/1252847665_850215.html
Dejando caer al gran banco comienza la reacción en cadena por todo el mundo y el gran sopapo para España con su economía del pelotazo inmobiliario. Adiós muy buenas.
Y eso que en los años anteriores a la crisis, cuando todo fluía, los dineros corrían de un lado para otro y la economía, cual mítico dios heleno, era inquebrantable, se nos bombardeó de tal manera con este concepto que prácticamente todo el mundo se lo llegó a creer.
Serge Latouche no estaba, sin embargo, en esas opiniones, al contrario criticaba ese liberalismo económico "autorregulado" que nos iba a llevar a la hecatombe, como así fue... y sigue siendo.
El artículo que os enlazo es de hace dos años y apareció en el diariodenavarra.es pero sus opiniones sobre el movimiento por el decrecimiento son muy actuales y están generando cada vez más adeptos. Un poco de sentido común frente a tantas opiniones y leyes macreconómicas que no hacen sino mantener las misas estructuras y sistemas que nos han llevado a este desastre generando además las mayores desigualdades de la historia.
http://www.diariodenavarra.es/20110211/navarra/serge-latouche-gente-feliz-suele-consumir.html?not=2011021103385837&idnot=2011021103385837&dia=20110211#.UrN_tBjNr10.facebook
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