martes, 27 de mayo de 2014

Imanol Zubero. Sociedades exclusógenas.

Imanol Zubero en la Universidad de La Rioja. (spoonful.es)
Coincidí con Imanol Zubero hace bastantes años ya. Acababa de terminar sociología y empezaba su periplo como profesor universitario. Yo era uno de sus muchos alumnos. Una sola hora de clase nos daba a la semana y la disfrutábamos mucho, de verdad. Tenía la cercanía de la edad, no nos llevaba mas que dos o tres años y eso se nota mucho, pero sí tenía el empaque de profesor, el saber estar, las citas a tiempo y un discurso pausado pero vibrante, sencillo y a la vez, conocedor de lo que hablaba.
Por aquel entonces su compromiso ciudadano ya estaba bien definido, creo recordar que era uno de los portavoces del Movimiento de Objeción de Conciencia de la época. Y dentro del grupo, en su vertiente mas comprometida pues había sido de los pioneros en la insumisión al servicio militar en Bizkaia y andaba en juicios con los militares.
Posteriormente vino Gesto por la Paz. Él fue uno de los creadores-fundadores, creo que no me equivoco, y de hecho asumió la portavocía del grupo pacifista durante unos buenos años, los peores.
También estuvo en política y puede que aún siga, no lo sé.
Donde sí que sigue es en la Universidad del País Vasco en su departamento de Sociología y Trabajo Social. Un saludo.

Enlazo una entrevista que le hizo Javier Muro para spoonful.es donde desgrana algunas ideas muy interesantes.

http://spoonful.es/entrevista/'vivimos-en-sociedades-exclusogenas--que-generan-poblaciones-sobrantes-'_20131121090941.html


'Vivimos en sociedades exclusógenas, que generan poblaciones sobrantes '
Imanol Zubero es sociólogo, experto en movimientos sociales y voluntariado

Imanol Zubero es sociólogo, profesor de la Universidad del País Vasco y director del grupo de investigación 'Civersity Ciudad y Diversidad'. Desde los años ochenta llevan trabando e impulsando iniciativas dirigidas a fomentar el antimilitarismo, la paz en Euskadi, la solidaridad internacional o la democracia local. Le esperamos a la conclusión de la conferencia que imparte en la Universidad de La Rioja, dentro de la Jornada del Voluntariado.

La conversación comienza casi sobre la marcha. Los pasillos del edificio Quintiliano son tan apropiados como cualquier otro lugar cuando la idea es hablar sobre la sociedad de hoy en día. Así que de entrada solicitamos la visión profesional y le planteamos si hoy un sociólogo observa la actualidad, el día a día, más próximo a un estado depresivo o, por el contrario, entra en euforia ante la enorme posibilidad de experimentar y de realizar estudios que plantea la realidad. “Lo cierto –apunta Imanol Zubero- es que desde el punto de vista científico el aliciente es muy grande y muy interesante, se plantean multitud de incógnitas; pero por otro lado –tuerce el gesto- estamos hablando de seres humanos, no de células con las que experiementar… como ciudadano la palabra que surge es tristeza, ¡que poco hemos aprendido!”.

Desde su atalaya a pie de tierra, Zubero asegura que hay muchas definiciones para la sociedad actual. “Yo –asevera- me quedo con la idea de que se trata de sociedades exclusógenas; es decir que tienen un funcionamiento que genera exclusiones”. El sociólogo hace planear la duda sobre si la crisis comenzó en el año 2008. “Igual nos creemos que antes de 2008 no había crisis y quizá, en ese año tan sólo se acentuó. Ahora vemos que la sociedad no es capaz de integrar a todo el mundo, que los Derechos son muy estructurales y que hay gente que se queda fuera”.

S.- ¿Crees que las sociedades de hoy en día tratan de esconder a determinadas personas, que no se vean?
Sí, sí, las sociedades actuales tratan de hacer desaparecer a determinada gente, las sociedades de hoy en día generan poblaciones sobrantes. Tratan de meter los residuos debajo de la alfombra. A esas personas que no siguen los ritmos se les lleva a los márgenes urbanos, a la periferia de la ciudad e incluso se les persigue y se les empuja de una ciudad a otra a través de la aplicación de ordenanzas urbanas. Ahora asistimos a la redefinición de muchos conceptos. Por ejemplo, ya no hay parados sino personas en búsqueda de empleo. La manipulación del lenguaje es tremenda. Hay un dato esclarecedor al respecto y es que se está produciendo un retroceso en la esperanza de vida. En África, en los países más afectados por el SIDA se puede constatar, pero también en Rusia o la propia España, donde la diferencia entre una persona de clase alta y un trabajador es de diez años.

Los universitarios recorren el pasillo camino del aula en la que se imparte la siguiente clase y mientras tanto, cuestionamos a Imanol sobre la pérdida de confianza en las instituciones y administraciones por parte de los ciudadanos y sobre esa doble disposición aparente por parte de la gente. Es decir, la convicción de que ‘si no salgo yo de esta nadie me va a ayudar’ y el incremento de la solidaridad, que se registra al mismo tiempo. “Es así –indica Zubero- y es un tanto contradictorio". Se explica. “Las tradiciones y las costumbres eran el pegamento que mantenía unida a la sociedad, pero lo comunitario ha protagonizado momentos hostiles hacia el individuo. Hoy vivimos un momento rico para la individualización; existe la posibilidad de hacer bricolaje con nuestra vida, desarrollarnos individualmente”.

El sociólogo recuerda que hemos construido una sociedad con Derechos, el Estado del Bienestar. “Estábamos bien, era una maravilla, pero con la crisis eso se ha disgregado. En la sociedad actual Robinson Crusoe no existe o miras hacia adelante y ves una oportunidad o vuelves la vista atrás, a las tradiciones, a la xenofobía…”.

En todo caso, Imanol contempla un aspecto positivo. “Veo un lado optimista en la forma de repensar la comunidad, en la idea de volver a encontrarnos”. Aquí, Zubero cita al escritor Carlos Fuentes y recuerda su libro ‘68’, escrito en París sobre el Mayo del 68 y en el que aparece el eslogan; “Habla con tus vecinos”. “Es así –dice- como no podemos consumir nos estamos encontrando”.
S.- ¿Y la política, es normal el desapego ciudadano que existe hacia los políticos y los partidos?
Sí, yo lo veo normal y muy sano. Lo que estamos echando en falta es credibilidad y eso no es bueno. La Democracia nos permite no estar todo el día pendiente de la política, eso sería muy aburrido, nos permite liberarnos de esa ocupación y tener espacios libres. Habíamos caído en un estado hacia la política de credibilidad y pasotismo y por contra, lo que tienen que hacer los ciudadanos es confiar en sí mismos. La Democracia funciona porque participas. El desapego ciudadano no es hacia la política, sino a cómo se hace la política. Durante el 15-M no se decía ‘No a la Democracia’, sino ‘Queremos Democracia Real’; decían "la vuestra, la que ejercéis los partidos políticos no nos vale”.

Al hilo de esta reflexión, Imanol apunta que uno de los problemas es que lo viejo no termina de irse y lo nuevo no acaba de llegar. Recurre al ejemplo de los Estados Unidos. “Allí también se produjo una crisis de confianza –recuerda- y de esa situación surgió Obama. ¿Quién lo iba a pensar poco antes?”.

S.- Entonces, ¿Crees cómo apuntan las encuestas qué los políticos y los partidos políticos son uno de los problemas de la sociedad?
Los políticos y los partidos políticos actuales son un tremendo problema para la Democracia. Son un artefacto muy contradictorio, ya que constitucionalmente en ellos recae la gestión de lo público en Democracia, pero son organizaciones que no son democráticas. Tienen elementos antidemocráticos evidentes. Hacen falta partidos participativos y creo que son conscientes de ello y están dando pasos, aunque sean meramente cosméticos. Creo que las primarias abiertas son ya terreno ganado, no hay vuelta atrás.

Llegados a este punto la conversación vuelve a cruzar el Atlántico. Preguntamos a Zubero por la influencia que ha podido tener la abundante información que hemos recibido de las primerias norteamericanas, de las celebradas por los Demócratas y también por el Partido Repúblicano. “ –apunta-, pero no sólo las primarias, también hechos como que Obama para aprobar su Reforma Sanitaria haya tenido que reunirse y negociar con congresistas republicanos y con miembros de su propio partido, ha sido una muestra de debate y negociación”.

Aquí, en España, le planteamos a Zubero si uno de los problemas reconocibles es que las decisiones relevantes se toman en los partidos y no en los gobiernos de cada Administración. “Los partidos tienen el poder; en España los tres poderes –Ejecutivo, Legislativo y Judicial- están demasiado conectados”. La casualidad quiso que, probablemente, mientras se mantenía esta conversación en el Congreso de los Diputados se pactaba el Gobierno de los Jueces por parte de los partidos políticos.

Miramos más allá y nos enredamos con Europa sí, Europa no. “Europa es un follón; al respecto tengo el corazón partido”. Y es que el sociólogo cree que “la Unión Europea ha cogido todo lo malo, todo lo que funciona mal de los Estados, una situación que encima en Europa se multiplica”. Del mismo modo, Zubero advierte, “pero ¿cuál es la alternativa? La renacionalización, sería tremendo”. Cree que una opción pasa por trabajar la vía social, civil. “Hay que apostar por alianzas civiles más potentes en Europa. Nos han convencido de que había que luchar, por ejemplo en el tema de la viabilidad de las empresas, por mantener las nuestras y que desaparecieran las de otros países o regiones y quizá lo que tenemos que hacer es unirnos aquí y allá”.

La reflexión de Imanol nos sitúa en la pasada huelga en el Servicio de Recogida de Basuras de Madrid. “Lo que ha pasado en Madrid –dice- es para analizar detenidamente. La huelga ha paralizado 1.200 despidos, ahora las empresas que aseguraban que esos despidos eran necesarios no van a echar a nadie”.
S.- A lo largo de tu carrera también has analizado y estudiado el funcionamiento de los sindicatos. ¿Crees que tienen que reformarse, qué modernizarse?
Sí, tienen que modernizarse. Tienen los mismos defectos que los partidos políticos. Un partido político puede funcionar sin afiliados, pero un sindicato no. Los sindicatos o tienen afiliados o se convierten en asesorías con clientes. Tienen que tener una mayor conexión con sus bases. Tienen capacidad para modernizarse.

S.- Y llegados a este punto, como profesor, ¿Cómo influye la Educación en la sociedad y en este panorama que has descrito?
La Educación es esencial. Uno de los problemas es que tenemos una sociedad muy mal educada; muy educada en cosas malas y poco educada en las cosas positivas. En España se produjo un vuelco a nivel educativo entre los años 80, 90, y también más recientemente. Hubo mucha innovación, y en igualdad se dio un salto tremendo. Pero, esto es igual que cuando descontaminas un río, que en la superficie está bien, pero aún quedan sedimentos. ¿Qué sucede? Pues que cuando dejas de echar agua los sedimentos reflotan y el fango se revuelve… ese es el riesgo que hay ahora.

Gran conocedor de los movimientos ciudadanos, Imanol Zubero también ha observado la Marea Verde por la Educación Pública. “Ha empezado –indica- cuando se han recortado derechos, pero si se queda en los derechos de los trabajadores sería traicionar la idea”.
S.- Siguiendo con la Educación, ¿No crees que está dirigida a conseguir un empleo y no a adquirir conocimientos?
Es cierto. Cuando yo empecé a estudiar Sociología me preguntaban para qué sirve eso que estudias, pero no había problema todos encontramos trabajo; era fácil la inserción laboral. Hoy existe un problema. Es fácil decir… “Hay que buscar algo más que conseguir un empleo”,  pero ahora la cosa está dura. En todo caso, todas las reformas educativas que se ha realizado son la muerte de la Universidad. Un compañero decía: “¿Por qué no crean la Formación Profesional Universitaria y mantenemos las licenciaturas?” No le faltaba razón. Además, la profesionalización de la universidad no garantiza nada.

S.- Entonces, la sociedad no apunta a un panorama muy diferente al que conocemos…
Reiniciar las sociedades es difícil porque hay que hacerlo sobre la marcha. Algunos de los grandes cambios se han producido cuando se han producido grandes parones, grandes catástrofes. De las Guerras Mundiales surgieron los Derechos Humanos o el Estado de Bienestar, pero ¡bufff!, sería tremendo…

sábado, 24 de mayo de 2014

Joe Lazio y Stephen Hawking. Señales y extraterrestres.

Se ha publicado esta semana en esmateria.es una entrevista de Nuño Domínguez a Joe Lazio jefe científico de la Red del Espacio Profundo de la NASA.
El título del artículo no deja lugar a ninguna duda: "si hay una civilización extraterrestre en nuestra misma dirección nos podrá escuchar", o sea, que civilizaciones extraterrestres que tengan un desarrollo científico-tecnológico por lo menos comparable al nuestro, de ahí para arriba, podrían estar captando nuestras señales...
Automáticamente he recordado aquellas otras declaraciones de Stephen Hawking en las que venía a decir que igual lo de enviar señales al espacio no era una muy buena idea puesto que los extraterrestres que las pudieran oír no tenían porqué ser pacíficos...
En realidad, la historia de la Humanidad y la evolución clásica desde las sociedades sin estado (banda-tribu-jefatura) hasta las que se empiezan a organizar jerárquica pero sobre todo burocráticamente alrededor de un líder y una aristocracia asentada en el poder político, económico y de la guerra, no nos invitan a ser muy optimistas, no. Vamos, que la guerra, la imposición y el latrocinio han sido pilares fundamentales sobre los que se ha asentado nuestra evolución hasta nuestros días (y siguen siéndolo ¿no?), así que quizá en el espacio nos podríamos encontrar con el mismo sistema de progreso (un Imperio galáctico mas al estilo Guerra de las Galaxias que ET)  y creo que entonces nuestra situación nos sería muy recomendable.
Lo dice Hawking.


http://esmateria.com/2014/05/22/si-hay-otra-civilizacion-extraterrestre-en-nuestra-misma-direccion-nos-podran-escuchar/




http://elpais.com/diario/2010/04/27/sociedad/1272319208_850215.html

EFE para El País, 27-Abr-2010



lunes, 19 de mayo de 2014

Mentiras sobre la migración.

Triple valla de Melilla. Blasco Avellaneda para eldiario.es
Artículo de Azucena García para "Eroski consumer" en el que nos apunta cinco mentiras muy extendidas entre la opinión pública sobre las migraciones actuales, los asaltos a las vallas y el "incontable número" de extranjeros que se agolpan en las fronteras para entrar en nuestro país.
No importa cuantos estudios serios se publiquen (el estudio de hace unos años de la Fundación La Caixa no dejaba margen a la duda) o simplemente mirar las estadísticas reales de población migrante en nuestras calles. Los medios de comunicación, algunos de ellos, nos golpean en ciertos momentos con el miedo a una especie de invasión y se va creando la impresión generalizada de que estamos siendo casi conquistados. Lamentable y muy triste.
Las reflexiones sobre los motivos por los que vienen, el número real de ellos/as que lo intentan y los que jugándose la vida están entre nosotros, el colonialismo del siglo pasado y el neocolonialismo actual y, sobre todo, los Derechos Humanos no importan. Como decía aquel idiota que pretendía hacer un chiste donde solo hay tragedia, "yo no soy racista, solo soy ordenado, cada uno en su país y así no hay problemas..."

http://www.consumer.es/web/es/solidaridad/proyectos_y_campanas/2014/05/06/219809.php




viernes, 9 de mayo de 2014

Ciudad relacional, espacio común de encanto y cordialidad.

Un artículo que me ha gustado sobre el concepto "bien relacional". Un bien intangible, un bien que se escapa de la teoría capitalista del objeto-valor. Un bien que se crea, recrea y se destruye en momentos de la vida cotidiana y que genera espacios y tiempos de encanto y cordialidad.

El artículo es de Bernardo Gutiérrez para Yorokobu:
http://www.yorokobu.es/bienes-relacionales/


LA CIUDAD DE TODOS FRENTE A LA CIUDAD NEOLIBERAL

Imagina un nuevo tipo de bienes que no sean ni privados ni públicos. Bienes que desbordan las definiciones de «mercancía» o «producto». Bienes que no tienen precio ni pueden ser descritos como servicios. Bienes íntimamente ligados a las interacciones humanas, con componentes afectivos y comunicativos. Bienes basados en la relación de las personas. Imagina algo que va más allá de un objeto intercambiado gracias al mecanismo del trueque. Estaríamos hablando de una categoría nueva: los ‘bienes relacionales’. Bienes que exceden incluso el componente físico y que podrían encajar con algunas definiciones de «proceso».
El bien relacional no es ciencia ficción. Tampoco un concepto recién nacido. El término ‘bien relacional’, acuñado por primera vez por la filósofa Martha Nussbaum en 1986, podría definir aquellas «experiencias humanas en las que el bien es la relación por sí misma». La charla con un camarero que nos hace volver a un bar. La estantería de libros compartidos de un café. El paseo con un vecino que lleva a sus hijos al colegio. El clima acogedor de una conversación coral en una plaza.
Los bienes relacionales –concepto también desarrollado por el sociólogo Pierpaolo Donati, el economista Benetto Gui y la politóloga Carole Uhlaner– estarían habitados por intagibles como la confianza, la reciprocidad o la amistad. Y son co-consumidos y co-producidos al mismo tiempo por los sujetos involucrados en ellos. En el universo de los bienes relacionales, lo competitivo cede espacio a lo colaborativo. El compartir es la piedra angular de este nuevo ecosistema de bienes, relaciones y reciprocidades.
Del bienestar al Buen Vivir
Los bienes relacionales son uno de los pilares del Plan Nacional del Buen Vivir de Ecuador, inspirado en la cosmovisión quechua, que impregna la Constitución del país. El Buen Vivir, derivado del quechua sumak kawsay, pone el acento en la calidad de la vida, en el tiempo compartido con los seres queridos y en los bienes relacionales, entre otras cosas. René Ramírez, secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador, en su libro La vida (buena) como riqueza de los pueblos, hace hincapié en esos bienes relacionales «que solo puedo poseer en un acuerdo con un otro». Y no solo eso: ha creado incluso elaboradísimos algoritmos para los bienes relacionales y el buen vivir. En estas nuevas fórmulas entran en juego variables como «tiempo social» (amor y amistad), «tiempo público» (participación cívica) o el tiempo «bien vivido» («tiempo empancipador dedicado a la contemplación»).
bienesrelacionales
Los bienes relacionales están profundamente relacionados a los espacios. A los espacios compartidos, a los espacios relacionales, a los espacios en red. Y encajan con el concepto de ciudad relacional que baraja la jurista María Naredo. Un modelo de ciudad relacional, fraguado con lazos intersubjetivos, tejido con capas de afectos: «el modelo ‘relacional’ propone formas de seguridad basadas en el encuentro, la relación y el diálogo. La seguridad, en el modelo relacional, pasa sobre todo por recrear el lazo social. No vaciar la calle, sino todo lo contrario: repoblarla de relaciones de vecindad, de buena vecindad también entre desconocidos. Para así poder confiar en que alguien nos va a echar una mano si nos ocurre algo en el espacio público, la vecina del quinto o el tendero de abajo». Por si fuera poco, la ciudad relacional dispone de un minucioso manifiesto, escrito por Enric Ruiz-Geli, que busca puentes, transversalidades y conexiones entre aquellos que la habitan.
Hace apenas unos años, ante el brutal ataque neoliberal de los espacios urbanos, el grito era considerar el espacio público como una inquebrantable ideología (libro de Manuel Delgado). El espacio público, en la nueva era (o interfaz relacional), aspira (quizá ya lo sea) a ser un espacio común. A un espacio donde el procomún –algo que es de todos y no es de nadie– sea la atmósfera y norma que todos respiren. El espacio común –la verdadera fábrica de los bienes relacionales– se deja intuir en prototipos urbanos, inacabados y colectivos como los que crea Ciudad Emergente en Chile. El espacio común palpita en los últimos ensamblajes humanos del planeta (plazas ocupadas, asambleas en plena calle). O en procesos-flujos como A Batata Precisa de Você de São Paulo o Ciudad Escuela, de Madrid, que incentivan mobiliario urbano construido con licencias (o espíritus libres), participación ciudadana y procesos de código abierto.
Los pensadores Antonio Negri y Michael Hardt consideran que la ciudad es a la multitud lo que la fábrica era para la clase obrera. La ciudad es un espacio común donde la multitud fragua su invención biopolítica. Y donde los bienes relacionales, barnizados con matizes quechuas y con las prácticas colectivas de la ética hacker, fluyen desconfigurando el miedo.